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¿Qué es la comunicación estratégica? 

La comunicación estratégica es el proceso mediante el cual se planifica, se desarrolla y se controla el mensaje y la información que se pretende compartir con los diferentes públicos (clientes, proveedores, intermediarios, etc…) de una organización empresarial con el objetivo de alcanzar sus objetivos.

¿Cuáles son los objetivos de la comunicación estratégica?

Fundamentalmente, una organización, a través de un plan estratégico de comunicación pretende los siguientes objetivos:

  • Ejecutar acciones que faciliten el vínculo entre nuestra marca / producto / servicio y el contexto social, cultural, político, etc., en el que nos movemos, para lograr el cumplimiento de nuestro plan de negocio, tanto a corto como a medio y largo plazo.
  • Llegar a nuestro público objetivo de la manera más directa posible. Y eso incluye tanto a la cadena completa de los trabajadores que componen nuestra línea de producción (comunicación interna) como a nuestros clientes, socios corporativos, nuevos y potenciales mercados, etc… (comunicación externa)
  • Luchar contra las adversidades puntuales e inesperadas, estableciendo planes de contingencia y de choque, reaccionando de manera inmediata y contrarrestando la información negativa con respuestas ágiles, fiables y soluciones prácticas.
  • Preservar y cuidar en todo momento los valores fundacionales y la imagen de marca establecida.

¿Cuáles son las etapas de la comunicación estratégica?

Parece que hay un consenso entre los expertos en la materia en delimitarlo en cuatro niveles. A saber:

  • Nivel estratégico. Es el más básico. Se trata de definir claramente y de manera concreta nuestros objetivos empresariales. Es decir, conocer el estado actual de nuestra organización y describir, de la manera más detallada posible, hacia dónde queremos llegar.
  • Nivel logístico. Una vez definida nuestra estrategia, debemos orientarnos en la producción y mantenimiento de todos los recursos necesarios para la consecución de los fines estratégicos de comunicación que nos hemos marcado.
  • Nivel táctico. A partir de ahí, debemos centrarnos en lo práctico, en poner en marcha (implementar) nuestras estrategias previamente definidas y concretadas, valorando y optimizando nuestros recursos y decidiendo el mejor momento para su aplicación y desarrollo.
  • Nivel técnico. Es la parte más concreta de todas. Se trata de llevar a cabo de manera práctica y continuada todas las acciones que hemos definido en nuestro plan. Cumpliendo el calendario de manera estricta y desarrollando con minuciosidad cada elemento del mismo.

¿Cómo se desarrolla un plan estratégico de comunicación?

Hay distintos métodos (más o menos extensos, más o menos detallados), pero todos tienen que atender, como mínimo, a las siguientes fases:

El primer paso es la investigación. Es fundamental establecer un diagnóstico previo de la situación en la que nos encontramos empresarialmente para poder desarrollar nuestro plan de comunicación. Este análisis nos permite conocer al detalle la situación de la que partimos, definir a la que queremos llegar y de qué manera tratar de conseguirlo, evaluando nuestras necesidades y las herramientas con las que contamos para lograr nuestros objetivos.

Por otro lado, estas fases resultan también claves para la comunicación estratégica corporativa:

  • Planteamiento y programación. Aquí decidimos y proponemos la manera en la que vamos a desarrollar nuestra estrategia, bien para incrementar nuestra comunicación o para solventar un problema sobrevenido de manera imprevista. En este paso deberemos ser lo más detallistas posibles, incluyendo todos los recursos que tendremos a nuestra disposición, tanto materiales como económicos, así como los controles de evaluación que vamos a ir llevando a cabo de manera periódica para chequear el cumplimiento de objetivos parciales. Es muy importante que tengamos siempre presentes nuestras capacidades y nuestras limitaciones con el fin de poder marcarnos objetivos creíbles y materialmente alcanzables, priorizando la eficiencia a la quimera o al objetivo desmedido.
  • Implantación del plan estratégico de comunicación. Se trata ahora de poner en práctica toda la estrategia diseñada y programada, paso a paso, fase por fase.
  • Evaluación. Debe ser continuada en el tiempo mientras dure la implementación de la estrategia de comunicación, analizando el proceso de cada paso ejecutado, así como los resultados parciales obtenidos, con el fin de poder comprobar la eficacia de nuestro plan o, en caso contrario, poder reaccionar y rectificar a tiempo, siempre buscando de la mayor efectividad posible.

¿Qué tipos de comunicación estratégica existen?

Tantos como objetivos se plantee una empresa. Entre los más comunes ejemplos de comunicación estratégica, se encuentran:

  • Lanzamiento de un producto o servicio que no existía con anterioridad en el mercado (un nuevo refresco, La posibilidad de comprar nuestros productos en tiendas virtuales, etc…).
  • Confianza, refuerzo de un producto o servicio ya existente y que funciona en el mercado con resultados beneficiosos para la empresa.
  • Relaciones públicas tradicionales o digitales: acciones tendentes a dotarnos de presencia física o virtual entre nuestra clientela u otros posibles públicos objetivos, afianzando a los primeros y abriendo nuevos nichos de mercado en el segundo caso.
  • Marketing digital, SEO y redes sociales. Es fundamental contar con una buena estrategia de comunicación en Internet. Darnos a conocer y posicionarnos en el universo global y virtual es básico para afianzar nuestra marca.
  • Responsabilidad social corporativa. Desde hace ya varios años, es básico que una empresa mire más allá de su cuenta de resultados e interactúe con la sociedad en la que está inmerso y a la que está, por cuestiones de cercanía física, más ligado.
  • Crecimiento: innovar, expandirnos, detectar nuevas necesidades, cubrirlas y comunicarlas. En definitiva, evolucionar, avanzar, adaptarse y volcar nuestros esfuerzos en que todos nuestros pasos en esa dirección sean conocidos y, mejor aún, reconocidos.

La comunicación externa estratégica de un producto o de un servicio no se improvisa, sino que es el resultado de un complejo y completo análisis de la situación y de los objetivos que cada organización quiere y pretende conseguir. Para ello, debemos diseñar una detallada hoja de ruta que aglutine todos los pasos a dar para lograr dichos objetivos.

El conocimiento de nuestras posibilidades y de nuestras limitaciones es fundamental para poder desarrollar una comunicación estratégica efectiva y productiva.

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